¿Cómo se guiaban y resolvían los problemas los antiguos navegantes en vista de las incertidumbres que se presentaban por falta de conocimientos e instrumentos más precisos?

Los navegantes de la antigüedad entrecruzaron conocimientos para poder navegar, exponiéndose a todos los peligros.

“El peligro de estallar contra las rocas escondidas y encallar en los barcos de arena ayudó en la creación del primer instrumento de navegación: el sondeo de aguas poco profundas, un implemento sencillo. Consistía en una cuerda larga con nudos, marcaba la distancia a través de la longitud y tenía un peso de plomo en una punta. La cuerda de sondeo era utilizada para indicar al navegante la profundidad del mar cuando ésta estuviera en el rango de la cuerda. El extremo de la cuerda con la pieza de plomo a menudo era frotada con sebo para que cuando fuera jalada, el marinero se percatara del tipo de sedimento que había en el fondo del mar”.[1]

De acuerdo a lo que dice Aczel en su libro En busca de la brújula, es que los navegantes primitivos aprendieron a conocer los tipos de sedimentos, a partir de los colores y tipo de arenas, así como de las plantas que se extraían, podían detectar la profundidad del mar a la que se encontraban, ya que esto en un principio representó un gran peligro, pues tomando en cuenta que los navegantes aprendieron a navegar en las costas, y así poco a poco irse adentrando en el mar. Razón por la cual utilizaron este instrumento o herramienta llamada cuerda de sondeo,  para evitar chocar contra las rocas o bien que el barco se quedará detenido entre arena o rocas. Aunque parezca un instrumento muy sencillo y no muy importante cabe mencionar que si no se sondeaba constantemente o no interpretaba a tiempo los avisos de la sonda, se perdían muchas embarcaciones. Por lo que hace que se convierta en un instrumento básico y elemental de la navegación. Sin embargo, este instrumento más tarde desapareció, dejó de funcionar probablemente por que el sondeo de la profundidad del mar, no en todos lados se podía aplicar y conforme fueron descubriendo nuevas rutas este instrumento ya no resolvía las necesidades que se les presentaban para navegar mediante este método.

¿Por qué se arriesgaban tanto los navegantes, cuál era su principal motivación?
Parry dice: “La navegación es el arte de llevar los barcos de un sitio a otro por mar abierto”[2]. Esta es una forma de definir a la navegación. Respecto a esta definición tratar de entender porque buscaban trasladarse de un lugar  a otro por medio del mar, sabiendo los peligros que se corren en una navegación , y no es necesario tener un conocimiento muy amplio para entender esto. Pues simplemente partiendo de cuando vamos a una playa y vemos las dimensiones del mar, su profundidad, el ruido, los movimientos, la inmensidad, así como los animales nos provocan miedo y sabemos que corremos riesgos al estar inmersos en en el mar y más aún yendo de noche o bajo una tormenta en donde sólo se ve el mar y el cielo. Sin embargo uno de tantos motivos que quizá pudo impulsarlos para correr cualquier riesgo dentro de una embarcación, quizá haya sido  el aspecto comercial, lo que les llevaba a querer descubrir nuevas rutas y por ende conquistarlas, asumiendo los riesgos y miedos. Aunque hablar de motivación es un aspecto difícil porque es una cuestión interna sin embargo podemos suponer alguna de estas motivaciones como la que se mencionó.

“Otro elemento auxiliar para la navegación es el conocimiento de la dirección de los vientos, las corrientes y los hábitos de diversos animales. El conocer de los vientos y de las corrientes era de suma importancia para los antiguos marineros ya que tienden a seguir patrones conocidos que varían según la estación.

Para el marinero, el patrón de migración de las aves y la ubicación de ciertos animales marinos también proporciona indicios de la localización del barco”.[3]

Los antiguos navegantes se caracterizaron básicamente por obtener conocimientos a base de la experiencia y de la observación, más que por el uso de instrumentos, aunque como ya se mencionó en las citas de Aczel y Parry , si se usaban algunos instrumentos, aunque muy básicos servían de apoyo para la navegación. Por otro lado la observación era básica y aprendieron a desarrollar esta habilidad por ejemplo: en relación a las corrientes, tenían mucha destreza para identificar el balanceo de su barco, y así mantener constante navegación. Cabe mencionar que dentro de sus habilidades era muy importante la memoria, debido que si una corriente le desviará del rumbo, su memoria ayudaría a recordar la dirección que siguen las corrientes de acuerdo a la época del año.

También en el caso de los vientos era necesario que los navegantes supieran cómo se comportan los vientos de acuerdo a la estación del año, para lo cual también requerían de tener un registro en la memoria, de lo contrario los riesgos que correrían serían mayores.

Respecto a las citas anteriores, también dice que los animales característicos de ciertas zonas les daban señales para guiar su camino, yo creo que también debieron tener un conocimiento por ejemplo de especies de peces específicos de algunos arrecifes, o de pájaros, ya que hay pájaros que no son migratorios, los que van en dirección a sus nidos, los que vuelan alto, o los que son visibles sólo en ciertas estaciones del año etc. Conocer las razones de ser de algún lugar no es fácil, se necesita mucho tiempo de experiencia para conocerlas.

Sin embargo este método de los navegantes antiguos era demasiado arriesgado por que los aspectos que se mencionan no son precisos ya que el viento, las corrientes y los animales son muy cambiantes para considerar estos aspectos como herramienta para navegar sin perderse, o sin que les llevará la vida en estas experiencias Parry dice en el libro El descubrimiento del mar:

“Todo sistema de navegación sin instrumentos debe depender principalmente y en muchos aspectos por entero de la estima, es decir de que el navegante calcule, hora tras hora, la dirección y la distancia que ha recorrido desde su punto de partida. Sin duda el hombre del mar primitivo adquiere un sentido de la estima que es superior al del navegante que emplea instrumentos de modo habitual; tiene, por así decirlo, una rosa náutica en la cabeza; pero si se pierde su sucesión de estimas, está perdido”. [4]

[1] Amir D. Aczel. En busca de la brújula. La invención que cambió al mundo, Editorial Planeta Mexicana, México, 2001, página 20.

[2] Parry J.H. El descubrimiento del mar, Editorial Grijalbo, México, 1974, páginas. 46-47

[3] Idem páginas 50-51

[4 Idem página 52