domingo, 5 de diciembre de 2010

La Estrella Polar como guía de la navegación antigua

Para los marineros de ésta época la guía de la navegación que adquirió mucha importancia antes de la brújula, fue la de observación del cielo.

“Los astrónomos del antiguo Egipto fueron capaces de determinar anticipadamente que la latitud hacía la diferencia en qué tan alto aparecía una estrella o constelación. Entonces mientras que las estaciones del año y las horas del día determinan dónde aparecen las estrellas del este a oeste, la latitud determina dónde aparece una estrella o constelación en el eje de norte a sur. Así que en principio, sabiendo la hora y la fecha exactas, y midiendo las posiciones de las estrellas en el cielo, un astrónomo puede saber dónde se encuentra ubicado. Este principio se utilizaba por el navegante para estimar su localización”.[1]

La latitud en la antigüedad aún no era una medida exacta, ya que la obtenían observando que tan alto se ubicaba una estrella. A continuación explicaré como funcionaba este sistema de observación para los antiguos navegantes:


" La altura en grados daba la latitud del observador -como sabían bien todos los astrónomos que habían leído a Ptolomeo- con tal que se aplicase la corrección exacta para tener en cuenta el pequeño círculo que describe  la Estrella Polar alrededor  del verdadero polo".[2]

La observación de las constelaciones, desempeño un papel muy importante en la navegación antigua, ya que para poder medir la latitud, era necesario ubicar las estrellas, así como entender que se desplazabna en círculos alrededor del Polo Norte. La estrella polar visible del hemisferio Norte y la más cercana al eje de la tierra a sido utilizada por los navegantes a través de la historia.

“La altura podía de la Estrella Polar -su angulo con el horizonte- disminuía a medida que el barco avanzaba hacia el Sur, indicando así la distancia navegada en aquella dirección. La altura se podía calcular a ojo de muchas maneras rudimentarias…”[3]

Les resultaba más fácil guiarse por una estrella, debido a que su posición es constante durante todo el año, en comparación a guiarse por el sol, que es más complicada. Los navegantes tomaron como referencia durante muchos años la Estrella Polar o Estrella del Norte, que se encontraba alineada aunque no exactamente, pero si se encontraba cerca del eje de la Tierra en el polo norte. Así es como la ubicaban los navegantes, en el Polo Norte y en la Osa Mayor. La Estrella Polar sólo la lograba ver cuando los navegantes se encontraban en el hemisferio Norte, por lo que se podían dar cuenta que cuando veían la Polaris sabían que estaban en el Norte, y si no la lograban ver, podían darse cuenta de que se encontraban en el Sur; de esta manera fue como lograron determinar la latitud aunque no era exacta, mucho tiempo la utilizaron. Por ejemplo  si el navegante se encontraba en el sur y de repente comenzaba a ver la Estrella Polar esto era como estar a la mitad, lo que ahora conocemos como el Ecuador pasando éste, el navegante sabía que estaba en el norte. El inconveniente que tenía al utilizar esta forma de ubicación para la navegación era que la Polaris sólo los podía orientar de noche. Por lo que recurrieron a un sistema de orientación de día.

“Durante el día los navegantes determinaban su dirección aproximada trazando el trayecto del sol a través del cielo  a lo largo de la eclíptica, aunque este método era menos exacto que la identificación de la Estrella Polar durante la noche. La eclíptica cambia su ubicación durante el año. Pero los navegantes sabían de estos movimientos y podían indicar la dirección Sur a través de la ubicación del sol en su punto más alto en el cielo”.[4]

Guiarse por medio de la eclíptica era más complicado, debido a los cambios de ubicación del sol durante el año, es decir de las estaciones del año. También fue un sistema de guía que tampoco resulto exacto, ya que en esa época tenían la idea de que la Tierra era el centro del universo y que los demás planetas al igual que el sol giraban a su alrededor, así como también otro problema al que se enfrentaron y que más tarde resolverían, fue cuando el cielo estaba nublado y no era posible observar ni la eclíptica, ni la Polaris, dando como resultado que los marineros no pudieran encontrar su camino.

No obstante, esto lo corrigieron con el uso de la brújula, que según datos ya se había utilizado mucho tiempo atrás, pero con la presencia que tuvo a principios del siglo XV, permitió que los navegantes pudieran viajar de día y de noche, aunque el clima no fuera muy óptimo.







[1] Amir D. Aczel. En busca de la brújula. La invención que cambió al mundo, Editorial Planeta Mexicana, México, 2001, página 26
[2] Parry John Horance, La época de los descubrimientos geográficos, 1964, pag. 133



[3] Idem página 133
[4] Amir D. Aczel. En busca de la brújula. La invención que cambió al mundo, Editorial Planeta Mexicana, México, 2001, página 30


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